domingo, 20 de noviembre de 2011

Sexualidad Femenina

Anatomía genital femenina

El aparato genital de la mujer es externo e interno.
Genitales externos: los genitales externos no son tan visibles como en el hombre, sólo lo son si la mujer separa ostensiblemente las piernas. Los órganos externos se denominan "vulva" y está formada por los labios mayores, los labios menores, y el vestíbulo vaginal, que contiene el clítoris.
Este último órgano permite el disfrute sexual, recibe y transmite estímulos sexuales; esta estructura hunde sus raíces dentro del aparato genital, y tiene una estructura de 5 a 8 centímetros pero sólo se observa su parte exterior (el glande). También se consideran aparatos sexuales el perineo y el ano. Los pechos también tienen importancia en el acto sexual.
Genitales internos: el aparato reproductor de la mujer se compone de la vagina, que en estado de reposo mide de 8 a 10 centímetros y que cuando la mujer es excitada sexualmente puede crecer un 50% —en el parto puede agrandarse hasta permitir el paso de la cabeza y el cuerpo de un bebé—; el cuello cervical, el úter—que puee albergar un feto—, las trompas de Falopio y los ovarios.

¿Cuáles son las diferencias con la sexualidad masculina?
F.D.S. Nosotras necesitamos de preliminares prolongados porque nos demoramos más en calentar. Somos horno a leña y ellos microondas. Ellos son visuales, se estimulan observando, en cambio nosotras escuchando. El hombre que entienda esa diferencia tiene la mitad del camino recorrido.
C.L. La respuesta sexual de hombres y mujeres es igual en el sentido de que ambos pasamos por las mismas fases –deseo, excitación, meseta, orgasmo, resolución y período refractario–. Sin embargo, los ritmos son distintos. Las mujeres requerimos de un buen preámbulo en el que no importe la duración sino la calidad. Necesitamos estímulos sexuales-efectivos que nos permitan excitarnos y tener los cambios corporales necesarios para que al momento de la penetración no haya dolor. Adicionalmente debemos identificar y compartir con nuestra pareja nuestros diferentes patrones orgásmicos para poder lograr una buena satisfacción sexual. Sobra recordar que no eyaculamos, por lo que nos es más fácil fingir, lo cual es innecesario y contraproducente para el vínculo con nuestra pareja.
¿Qué significa tener una sexualidad sana?
F.D.S. Que la mujer no tema ni se avergüence de buscar su propio placer y explorar su cuerpo, que disfrute el sexo sin tabúes.




C.L. La sexualidad integra los aspectos biológicos, psicológicos, emocionales, trascendentales y espirituales del ser humano. Cuando esto se logra se puede hablar de sexualidad sana. Sin embargo, también hay otros factores como la ausencia de disfunciones sexuales, la no victimización, el cambio en los roles estereotipados y la autoaceptación.
¿Cuáles mitos se niegan a desaparecer?
F.D.S. Toda mujer que busca placer es ninfómana o vagabunda. Eso es el reflejo de una sociedad machista a la que le es conveniente controlar el deseo femenino.
C.L. Varios: que nos debe doler la primera relación sexual, que es normal que las mujeres tengamos disfunciones y que la mujer no es la que debe proponer.
¿Cuál es la edad dorara en la sexualidad femenina?
F.D.S. Creo que a partir de los 45 años cuando la mujer ya está segura de su cuerpo y deja de luchar con los estereotipos. Muchas mujeres descubren que son multiorgásmicas después de los 50.
C.L. Todas, siempre y cuando seamos congruentes con lo que sentimos y jamás hagamos algo que no deseemos o por las razones equivocadas. Se dice, sin embargo, que es la menopausia, etapa en la que no hay riesgos de embarazo, los hijos se han ido, la mujer se conoce y sabe lo que le gusta. Adicionalmente, el vínculo con la pareja se fortalece, haciendo de esta etapa una de las más satisfactorias.
¿Qué hace falta que revolucione en materia de sexualidad femenina?
F.D.S. La pena. Las mujeres tienen que dejar de sentir vergüenza por su sexualidad y su cuerpo, y aprender a expresar qué quieren y qué no quieren. La cama es un terreno de negociación pero muchas mujeres tienen miedo de perder a su pareja si hablan abiertamente. Lastimosamente aún se dejan influenciar por la opinión ajena.
C.L. Trabajar por una sexualidad basada en valores y derechos, sin radicalizarnos hacia un machismo y un feminismo que hace más mal que bien. Buscar igualdad en derechos y deberes sin desconocer la diferencia que existe entre unos y otros.
¿Cuál es la edad propicia para que las mujeres empiecen a explorar su sexualidad?
F.D.S. Siempre. La exploración empieza en la niñez con el descubrimiento de los genitales. En la adolescencia a través de la masturbación se empieza a conocer el propio cuerpo y entender cómo responde al estímulo. En la edad adulta las exploraciones continúan de acuerdo con el deseo de descubrir nuevas formas de placer.
C.L. Cuando tengan un buen conocimiento sobre su propia sexualidad, con bases para ejercerla de manera libre y responsable. Lo más importante es que se sientan preparadas y no permitan que las presiones personales y culturales las obliguen a hacer algo que no desean.
.¿Qué es lo que más temen las mujeres?
F.D.S. Depende de cada mujer. Algunas la soledad, otras el rechazo sexual y otras la dependencia. Pero yo diría que la mayoría de las mujeres tienen alma de guerreras y luchan duro a pesar de los temores.
C.L. La infidelidad, el dolor emocional y físico, la separación, la soledad, el qué dirán, y por último, ser juzgadas por su pareja si proponen cosas nuevas.
8 claves para entender la nueva sexualidad femenina

Las claves que ella desarrolla ayudarán a las mujeres a comprender su sexualidad y las animarán a su exploración placentera en el marco de una relación en la que la intimidad compartida con el otro miembro de la pareja resulta fundamental.
Su gran hipótesis es que, si bien las mujeres han ido evolucionando en el aspecto sexual, la manera personal de enfrentar el sexo en nuestra adultez está influenciada por la relación que tuvimos con nuestra madre.
Aquí enumeramos las 10 claves que identifica la autora y que hablan de una sexualidad femenina en evolución.
1. Es más libre
Son muchas las causas que pueden explicar este fenómeno: el movimiento feminista como motor de cambio social y productor de ideas, la conciencia del propio placer, el reconocimiento de la sexualidad sin dependencias de la sexualidad masculina, el acceso a la formación y al trabajo, son algunas de las causantes de esta nueva mujer, asegura la autora.
2. Ostenta un nuevo rol
La mujer está dejando de ser exclusivamente el objeto del deseo masculino para pasar a ser sujeto y protagonista de su propio deseo. Y pasa el efecto contrario, ya que es el hombre quien se convierte en objeto del deseo de aquella, sin saber muy bien qué hacer con su propio deseo de desear.
3. Es revolucionaria
La versatilidad de los roles del deseo está produciendo una revolución a nivel de seducción. Y muchos hombres entran en una dinámica de confusión y vértigo ante este nuevo rol opinante y exigente de las mujeres. A ellas les encanta y están descubriéndolo, a ellos los descoloca, pero terminarán por rendirse vaticina la autora.
4. Activa sexualmente
Con frecuencia se escucha a hombres que se quejan de la poca iniciativa sexual de sus mujeres. Sin embargo, estos mismos hombres se asustan cuando sus mujeres les sustraen el papel de deseantes.
5. Tiene otra sensibilidad
Del mismo modo, las mujeres se aburrieron del monopolio del deseo que sus hombres ostentan. Y aunque muchas de ellas aún no están preparadas para el cambio, tanto físico como sicológico, la discusión ya está en el tapete al interior de la pareja, señala la escritora a través de sus reflexiones en el libro.
6. Más exigente
Hay que decirlo, las mujeres siempre sueñan con encontrar a su hombre ideal, pero están en lo correcto. Siempre hay que buscar y exigir más en un hombre y en la vida en pareja. La sexualidad femenina tiene que ir encaminada hacia lo mejor y aquello que hace feliz, no hacia lo que está dado y no se puede cambiar, aconseja la escritora.
7. Tiene mayor osadía
Si antes los fetiches que conjuraban el deseo eran necesariamente femeninos (medias de seda, tacones altos, perfumes, carmines), ahora pueden del mismo modo serlo masculinos. ‘La mujer también sueña y desea con un sexo entretenido y erótico de parte de su pareja’.
8. Busca el equilibrio
Atención, ya que a pesar de toda esta liberación, la mujer de todas maneras pensará con el corazón antes que con el deseo sexual. No se trata de ser demasiado sentimental ni demasiado carnal, sólo que la mujer debe aprender a manejar ciertos códigos y aplicarlos en distintas situaciones. Aprender a buscar el equilibrio es la clave, ni muy fría ni muy entregada, recomienda la autora.
Problemas sexuales femeninos


Falta de deseo, dolores, dificultades para llegar al orgasmo… Los problemas de la sexualidad femenina son numerosos. Sin embargo, muchas veces se ignoran.

Falta de deseo, dolores, dificultades para llegar al orgasmo... Los problemas de la sexualidad femenina son numerosos. Sin embargo, muchas veces se ignoran. He aquí un pequeño tour panorámico de las principales disfunciones y algunos consejos para una sexualidad plena.
Sequedad vaginal
En ocasiones pasajera, se trata de un verdadero problema para la vida sexual. Se trata de una falta de lubricación en la vagina, lo cual produce una penetración desagradable e incluso dolorosa. Generalmente debida a modificaciones hormonales, afecta a las mujeres jóvenes pero también a las mujeres adultas después del embarazo o la menopausia. Asimismo, el estrés, la toma de ciertos medicamentos, una higiene íntima demasiado agresiva o bien el alcohol o los cigarrillos pueden afectar el mecanismo de lubricación mucosa.
Las soluciones: al principio, un lubricante a base de agua podrá aliviar la incomodidad. Después, según el caso, se podrá prescribir un tratamiento hormonal. Sin embargo, se suele notar una cierta precipitación durante el acto sexual por parte de la pareja o necesidad de tiempo del cuerpo de la mujer. Cuidar bien los preliminares es una manera agradable de aumentar el deseo y permitir a la vagina que se lubrifique de forma natural para facilitar la penetración.
La dispareunia: una penetración dolorosa
Se habla de dispareunia cuando se siente dolor, más o menos intenso, en el momento de la penetración. El origen de este dolor puede ser orgánico (después de un parto, por ejemplo), infeccioso (micosis, cistitis, herpes, MST...) o incluso psicológico. Asimismo, puede resultar de un fenómeno poco conocido llamado vestibulitis: se trata de una inflamación del vestíbulo, es decir, de la parte situada en el interior de los labios internos.
Las soluciones: muy molesta para la vida sexual de la pareja, estos dolores se deben localizar (en el interior o exterior de la vagina, más o menos profundo...) e identificarlos. Se pueden prescribir antibióticos en caso de infección, pero normalmente el miedo al dolor provoca, con el tiempo, miedo a mantener relaciones sexuales, lo cual causa bloqueos más profundos. Consultar a un psicólogo permite superar estas aprensiones y volver a disfrutar plenamente de la sexualidad.
El vaginismo o rechazo a la penetración
El vaginismo se traduce en una contracción involuntaria de los músculos del perineo y de la vagina. Aunque los órganos genitales sean normales (reaccionan perfectamente a la excitación y se puede obtener el orgasmo mediante la estimulación del clítoris), por reflejo, el orificio vaginal se cierra, impidiendo cualquier penetración. El vaginismo también imposibilita el examen ginecológico, así como la utilización de tampones durante las reglas.
Las soluciones: en el 90% de los casos, la causa del vaginismo es de orden psicológico. Puede ser causa de un traumatismo, de miedo o fobia a la sexualidad, o por bloqueo psicológico debido a una dispareunia severa. El objetivo de la terapia es, ante todo, relajar los músculos de la vagina. Después la mujer debe reapropiarse de su sexo para volver a una vida sexual normal.
La anorgasmia: cuando el orgasmo se hace esperar
Son numerosas las mujeres que se quejan de no conocer el orgasmo vaginal. En estos casos no se habla de anorgasmia total o ausencia de orgasmo. Ese término se utiliza para aquellas que no conocen ni el orgasmo del clítoris ni el orgasmo vaginal. La anorgasmia puede aparecer desde el primer momento en la sexualidad, pero también puede afectar a las mujeres más mayores durante su vida sexual. Compleja, la anorgasmia se relega a ciertas situaciones o ciertas parejas.
Las soluciones: igual que muchos otros problemas sexuales femeninos, la anorgasmia tiene un origen psicológico. Por lo tanto, se debe tomar el camino de la psicoterapia. Tras haber encontrado el origen del bloqueo físico, deberá desarrollar su sensibilidad sexual y apropiarse de las sensaciones eróticas.
La frigidez o ausencia de placer
Más allá del orgasmo, la frigidez se define por la ausencia total de placer sexual. Se traduce en ausencia de pensamientos eróticos, mientras que el cuerpo no reacciona a ninguna forma de estimulación: los órganos genitales no responden a las caricias ni a la excitación y la vagina permanece seca. Las relaciones sexuales se viven como un deber, incluso como un fastidio y se practican con indiferencia.
Las soluciones: también para estos casos, un buen trabajo psicoanalítico puede proporcionar la llave para desbloquear la situación. Se trata de que la mujer comprenda por qué es insensible a toda forma de placer físico y sexual, y para la pareja, de volver a aprender a comunicarse. El objetivo de este tratamiento es que la mujer frígida descubra sensaciones nuevas (o olvidadas) y aprenda a abandonarse a ellas.

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